Páginas

Vistas de página en total

jueves, 24 de abril de 2014

Un mundo sin ciencia, relato.

Este es un relato que realicé para una tarea del colegio. Como siempre, no quedó como lo esperaba y aunque recibió varias alabanzas por mis compañeras, a mi no me termina de gustar. Pero bueno, es lo que tengo para subir. RECLAMO DERECHOS DE AUTOR. (¿es asi? ni que alguien quisiera robármelo...)
Siento que desperdicie mi querido concepto de "El Jardín de la ignorancia", pero quería aplicarlo y así lo hice y lo seguiré haciendo. Ahí va, espero que entiendan el sentido que le quise dar... sospecho que mucho no se entiende... ¿qué dicen ustedes? 



El jardín de la ignorancia:

Observo desde las alturas un Oasis, uno grande y verde, lleno de vida, de colores, de perfume. No diviso edificios, autos, o sonidos algunos que no sean naturales. No veo esas eternas nubes negras, ni aquellas luces que imitan al Sol que estoy tan acostumbrada de encontrarme cada vez que miro el cielo. Es maravilloso observarlo. ¡Tengo tantos deseos de estar rodeada de esa naturaleza! Parece ser que son tan grandes que en un abrir y cerrar de ojos, ya me encuentro allì.  Mi sonrisa es radiante, siento el sol en mi piel, llenándome de energía; el césped húmedo y el olor a tierra mojada bajos mis pies; la brisa fresca y liviana que acaricia mi cabello. Estoy feliz , realmente feliz. Es una  sensación que nace desde lo más profundo de mi interior y recorre cada una de mis células.  Me hace acordar al Edén, un paraíso del que alguna vez oì pero no recuerdo exactamente de donde. En fin, no importa, el celestial canto de los pájaros que parecen pelear por cual es más hermoso me absorbe completamente y me saca de mis pensamientos.   
Camino sin ver hacia donde voy, digo, esto parece un sueño,  ninguna persona normal lo haría en estas condiciones. Quiero relajarme, disfrutar de esta maravillosa sensación que, si mi teoría no es incorrecta, desaparecerá cuando me despierte. O al menos eso quiero, pero no puedo. Estoy alerta, me siento en peligro y me  inmovilizo.  Instintivamente, comienzo  a correr. No sè por que, mis piernas se mueven solas, voy en carrera, huyendo, pero desconozco el porqué. En mi mente no hay motivos, solo intento salvarme, sobrevivir. Mi pecho no da más, siento que va  a explotar. Miro a mi alrededor, hay más gente corriendo. Como yo, miran al el frente y corren sin vacilar. Automáticamente las sigo,  yendo en masa hacia algún lugar.
Es intrigante, hasta el momento no había visto personas y estas no son como yo las recuerdo… en realidad parece haberse escapado de mi mente la imagen o el concepto de una persona… pero sè que no es ese, creo.  Esta todo muy confuso. Intento acercarme a alguno, no sè que decir, pero siento esa necesidad. Me horrorice. Mi boca no formulo nada parecido a alguna palabra, solo sonidos extraños. No importaba cuantas veces lo intentase, no podía hablar. Me desespero, supongo que debe de haber sido un poco evidente ya que en pocos minutos, me encuentro rodeada de esas personas que me miran con algo parecido a preocupación. Ellos parecen comunicarse entre si, sin palabras, solo con esos  sonidos extraños y algunas señas. Siento desvanecerme, que mi mente ya no quiere pensar más, o peor, ya no piensa  como antes: lo estoy haciendo  sin palabras. Lo entendiendo, pero no sè como. Es todo tan  extraño y perturbador.
Estamos varados en el medio de la nada, comienzan a  disiparse las personas a mi alrededor, emprendiendo un camino que todos parecían conocer menos yo, asi que los sigo, de atrás, me aterra permanecer sola. En el transcurso cazan pequeños animales y otros recolectan lo que encuentran; yo sólo los observo , tengo la distante sensación de que debería de hacer lo mismo pero me rehúso, siento que si lo hago, algo en mi interior desaparecerá para siempre. Me encontré en un claro con muchas chozas, al verlas me invade la nostalgia… ¿Habría vivido yo en algo parecido a eso? Ya no lo recuerdo… La curiosidad vence a la incertidumbre, apoderándose la primera de mi y comencé a examinar una por una cada vivienda… es desolador encontrarme con que en su interior, las personas no parecen moverse, están débiles. Todos son niños. Todos son pequeños que parecen sufrir.
Las lágrimas ruedan por mi rostro cuando escucho el llanto desolador de una mujer sobre lo que sospecho es su hijo. Nadie en esa casa habla. Nadie esta llorando a excepción de la mujer, la pena se siente en el ambiente. Pero no supera eso.  Los gritos se escuchan fuera del hogar, todas las personas lo escuchan pero no se acercan a ver que sucede, no les importa. Me repugnan, son personas muy frías unos con otros, muy poco unidos. Me da impotencia, ¡¿Nadie puede hacer nada para evitarlo?! ¡¿acaso no se dan cuenta de que la muerte se acaba de llevar a uno de ellos?! Inmediatamente luego de pensar eso lo comprendo: constantemente, estamos siendo asechados por la muerte, todos vamos a morir, no hay manera de salvarnos y no es para sorprenderse si eso sucede. Me siento una idiota, estas personas no son frías, comprenden más que yo lo que significa la vida. No me gusta esto. No quiero saberlo.
 Cuando me quise dar cuenta, todo a mi alrededor estaba oscuro. Es un negrura que nunca antes había vislumbrado, tan natural y espeluznante que me cuesta ver hasta mi propia mano. Solo la Luna, en el cielo, brilla e ilumina esa nada. No tengo miedo, no , me recuesto sin oír nada más que la tranquila noche y dejo que mis pensamientos me lleven. Recuerdo cuando llegue a aquí, antes de eso nunca.. y mis pensamientos se cuelgan en ese “nunca”… ¿Qué había antes de llegar a aquí? No lo sè, no lo recuerdo o no lo he vivido. De repente, la noche ya no me parece tan hermosa; la naturaleza ya no es tan magnífica como la recordaba; la brisa ya no me acaricia, me azota y siento frío; los sonidos ya no son una melodía constante, forman ya parte de la audición que estoy acostumbrada a escuchar.  Podría seguir eternamente, pero mi cansado cuerpo me lleva a dormirme entre un “antes” , un “después” y un “antes de ese antes” que ignoro y que prefiero no conocer.